sábado, 26 de septiembre de 2020

XXVI Domingo del Tiempo Ordinario

   La sola intención no es suficiente, hay que ser coherentes con lo que decimos o nos proponemos. Es la lección que la liturgia de este vigésimo sexto domingo del tiempo ordinario nos deja para nuestra vida.
La liturgia de hoy nos hace una invitación a meditar sobre nuestra opción por Dios y la responsabilidad en nuestra respuesta a su llamada. El profeta Ezequiel propone convertirse a la justicia de Dios para acogerse a su promesa de vida. El Evangelio nos dice que la invitación está hecha y no basta obedecer sólo de palabra. San Pablo propone el modelo: Cristo. Con el salmista confesamos que la ternura y el amor del Señor son eternos, y le pedimos que nos enseñe a caminar por sus sendas.

   Les dejamos un enlace con las lecturas y un video del Evangelio.



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