sábado, 30 de junio de 2018

XIII Domingo del Tiempo Ordinario

     Un domingo más, los cristianos nos hemos reunido como hermanos, en torno a la mesa del Señor, para celebrar la eucaristía, compartir su pan y escuchar su Palabra. Todos nosotros, como nos dice el salmo de hoy, debemos ensalzar al Señor, porque más de una vez nos ha librado cuando bajábamos a la fosa y nos ha sacado del abismo cuando le hemos invocado. 
     En el evangelio de hoy se entrecruzan dos intereses: el de Jairo, que va en busca de Jesús para pedirle ayuda antes de que su hija muera, y la hemorroísa, que se ha propuesto llegar a tocar el manto de Jesús, no obstante la dificultad por la mucha gente que le rodea y apretuja. 
    La prisa de Jairo por llegar pronto con Jesús a su casa, antes de que sea demasiado tarde para salvar a su hija, lo deja muy claro el evangelio desde el principio: «ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva»; pero también queda clara la voluntad de Jesús de acudir de inmediato con él. 
     Las prisas de Jesús y de Jairo por llegar a tiempo y salvar de la muerte a la niña parece que las vino a entorpecer la hemorroísa, que, no obstante todas las dificultades, logró tocar el manto de Jesús, cual reliquia y ancla de salvación, para su enfermedad, que ya le había costado una fortuna. La mujer nota que se ha curado, pero no quiere entorpecer el camino y prisa de Jesús, así que prefiere pasar desapercibida y marchar entre el gentío. 
     «¿Quién me ha tocado el manto?», dice Jesús. Los apóstoles se extrañan de tal pregunta, pues todo el mundo puede ver que son muchos los que le apretujan. Podemos imaginar a Jairo, que no logra entender, ni la pregunta de Jesús ni el interés que puede tener para saber quién es el que le ha tocado el manto. Jairo sabe bien que cada segundo cuenta para llegar a tiempo, antes de que su hija muera.         Jesús, una vez que ha descubierto quién era la persona que le había tocado el manto de aquella manera, da tiempo a la hemorroísa para que narre su historia y luche contra su enfermedad. Jesús no parece tener prisa. 
     No es de extrañar, pues, que, estando aún hablando con ella, lleguen de la casa de Jairo para comunicarle a este que la niña ya ha muerto. No es difícil imaginar a Jairo enfadado con la mujer que ha entretenido a Jesús e impedido llegar a casa antes de que esta muriese. Ahora todo está perdido.    
     «No temas, basta con que tengas fe», dice Jesús. 
     A Jairo se le está pidiendo ir más allá de lo que está viendo y oyendo, los gritos, lloros y alboroto por la muerte de su hija; pero acepta el reto, y, contra toda evidencia, sigue creyendo en Jesús, que asegura que la niña está dormida, aunque esto provoque risa en los presentes. 
     Es de suma delicadeza y respeto por parte de Jesús el que solo sean los padres y tres discípulos los testigos de lo que se dispone a hacer. Marcos nos lo narra con sobriedad y firmeza: «entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: “Contigo hablo, niña, levántate”, llenándose todos de estupor al ver que la niña inmediatamente se levantó y caminaba».  
     La narración de Marcos termina con la insistencia de Jesús para que esto no se sepa y el mandado de dar de comer a la niña. 
     A la luz del evangelio entendemos ahora mejor la primera lectura y el salmo que hemos escuchado, a la vez que nos anima a presentar al Señor nuestras necesidades, sabiendo que nada hay imposible para Él. 
     «Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días» (Mt 28, 21). 
     Con este lema tomado de san Mateo la Iglesia en España celebra la 50 Jornada de responsabilidad en el tráfico y nos consuela, y no poco, saber que el mismo Jesús, al que terminamos de ver en el evangelio acompañando a Jairo, que le necesita con urgencia para un problema grave de vida o muerte para su hija; y la hemorroísa, que, no obstante las dificultades, logra acercarse a Jesús y encontrar en Él la salud. 
     Jesús nos asegura que Él sigue estando todos los días con nosotros, que podemos acudir a él sin miedo alguno, a presentarle los problemas de los demás, como Jairo, o los propios, como hace la hemorroísa. El Señor no es indiferente ante nuestros problemas y necesidades.      
     Acudamos a Jesús y pidamos su ayuda cuando iniciamos el viaje, recemos dentro del vehículo (los profesionales del transporte son muchas las horas que diariamente pasan al volante y no solo ellos), y demos gracias al Señor por regresar felizmente a casa todos los días. 
     El mundo de la movilidad, con los muchos y variados medios de transporte que tenemos, y que loamos al Señor por ellos, nos proporcionan muchísimos beneficios; pero, no olvidamos que si no tomamos las debidas precauciones, e irresponsablemente nos saltamos las normar de tráfico, el precio que hemos de pagar en vidas humanas y económico es muy alto. 
     Si sabemos y creemos que el Señor siempre está con nosotros, comportémonos dignamente, como verdaderos hijos de Dios, amando y respetando la vida del prójimo como la mía propia, teniendo muy presentes las palabras de la Sabiduría que hemos escuchado hoy: «Dios no ha hecho la muerte ni se complace destruyendo a los vivos (…), sino que Dios creó al hombre incorruptible y lo hizo imagen de su propio ser». 

     Les dejamos un enlace con la Palabra de Dios y un video del Evangelio.





Comienzan las Fiestas de La Milagrosa 2018.


miércoles, 27 de junio de 2018

Convocados por nuestra Madre, la Bienaventurada Medalla Milagrosa

     Los cristianos quedamos convocados por la Virgen nuestra Madre, la cual nos ofrece su amparo y protección y nos acerca con devoción hasta Jesús, nuestro Señor. Ella, bajo la advocación de la Bienaventurada Medalla Milagrosa nos inspira lo mejor de nosotros mismos para servir a Dios, permaneciendo fieles en su Iglesia, construyendo el Reino por el que Jesús dio su vida y fue resucitado por el Padre.

     Así, guiados por el Espíritu Santo podemos avanzar y comprendernos en esta sociedad que nos ha tocado vivir, a la cual no renunciamos, y tratamos de aportar lo mejor de nosotros mismos, impulsándola con valores que el Señor Jesús nos enseñó. A través del triduo con las aportaciones del padre predicador iremos avanzando en esta imagen de fe que nos hace el Apocalipsis de Juan en los capítulos 2 y 3.

   Estamos en campaña para recoger fondos para revitalizar el Templo parroquial en el exterior, dado que el deterioro es ya visible. Tenemos la ocasión de poder intervenir en las mejoras que nos han propuesto los técnicos, valoradas el algo más de 8.000 euros. Todos lo que se recaude en estos días y en fechas próximas será para este fin.

Elías F. Zaít León, párroco.
Presentación Julio 2018.
Saluda La Milagrosa 2018

lunes, 25 de junio de 2018

Jornada de Responsabilidad en el Tráfico 2018.

    Este año se cumple el 50 aniversario de la creación del departamento de Pastoral de la Carretera, dentro de la Comisión Episcopal de Migraciones. Una conmemoración que marcará la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico 2018, que se celebra el 1 de julio, fiesta de San Cristóbal, patrono de los conductores. Para recordar esta efeméride se ha elegido el lema, «Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días» (Mt 28, 21).

     El presidente del este departamento, Mons. José Sánchez González, dedica parte del Mensaje para la jornada a recordar la trayectoria de esta Pastoral. Pero también señala que “quizá no venga mal recordar la gravedad y las consecuencias de los accidentes viales y la serie de inconvenientes y perjuicios -muy difíciles de soportar- que acarrean a nuestra sociedad”. “Los centenares de personas que mueren o quedan inválidas anualmente en nuestro entorno -continua- constituyen un problema dramático que afecta a toda la sociedad”. Por eso, “invitamos a todos los ciudadanos, peatones y conductores de cualquier vehículo, a la responsabilidad en el tráfico, pues, como dice el papa Francisco: «para incrementar la seguridad no bastan las sanciones, sino que se necesita una acción educativa que conciencie más sobre las responsabilidades que se tienen sobre quienes viajan al lado»”.

    - Mensaje del Obispo responsable, pulse aquí.
    - Oración, pulse aquí.

sábado, 23 de junio de 2018

Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista

     Juan el Bautista nace de forma milagrosa. A Isabel, anciana y estéril, se le cumple el tiempo del parto y Dios le hace la gran misericordia de concederle un hijo. Muchos matrimonios que tienen problemas hoy para concebir comprenden qué gracia tan grande recibe Isabel. También el incrédulo Zacarías puede hablar de nuevo, cuando acepta que su hijo no lleve su nombre, sino que se abre al don de Dios. No en vano, Juan significa “el Señor es generoso”, de Él procede el don. Juan, por tanto, estará en su vida más ligado a Dios que a su padre. Así lo dice Lucas: “La mano del Señor estaba sobre él”. Los familiares y vecinos se alegran por los gozos de Isabel y Zacarías, quedan sobrecogidos por cómo nace el niño y se preguntan qué va a ser de él. Y es que con Juan comienzan a cumplirse las promesas de Dios.
     El Libro de los Hechos también nos habla de Juan. Él es presentado como el precursor de Jesús, un hombre humilde capaz de reconocer quién es el Mesías y dedicar toda su vida a preparar la conversión de Israel.
     El siervo del Señor, en la primera lectura de Isaías, nos cuenta en primera persona que Dios lo llamó desde el seno materno y pronunció su nombre. También el salmista reconoce que Dios lo tejió desde el vientre de su madre. La liturgia aplica estos dos pasajes a Juan, quien ya en el seno materno saltó de gozo y anunció que en el vientre de María se gestaba el Salvador.
     En síntesis, las lecturas de hoy describe escenas llenas de comienzos y esperanzas. Y es que el nacimiento de un niño siempre habla de futuro e ilusión. La natividad de Juan nos enseña que Dios no viene a nosotros con rayos y truenos, sino con el llanto de un niño que crecerá y clamará con voz de profeta. Asistimos, así pues, a los preparativos de la salvación. ¿Dejamos que el niño nos haga convertirnos al Señor?
   
     Les dejamos un enlace con las lecturas de hoy y un video del Evangelio.





sábado, 16 de junio de 2018

XI Domingo del Tiempo Ordinario

     Las lecturas describen la fuerza del Reino de Dios. En el Evangelio, Jesús lo hace por medio de dos parábolas.
     En la primera compara el Reino con la semilla que el sembrador echa en el campo y mientras duerme va creciendo en las entrañas de la tierra, por sí sola, de manera progresiva: tallo, espiga, grano. De esta forma, Jesús señala el misterio del Reino de Dios que tiene fuerza para dar fruto en las entrañas del mundo y del corazón de todo aquel que lo acoge. Jesús invita a la confianza en el obrar providente de Dios.
     En la segunda parábola, Jesús compara el Reino con el grano de mostaza. Es la semilla más pequeña pero, sembrada, brota y se hace la más alta de las hortalizas hasta, incluso, ser morada de pájaros. Esta imagen tiene su correspondencia en la profecía de Ezequiel de la primera lectura (que continúa la precedente alegoría del águila y el cedro 17,1-10). Dios cortará una rama del cedro alto (rey de Israel desterrado), la plantará en la colina más alta de Israel y anidará a los pájaros. El profeta anuncia así el restablecimiento de la dinastía davídica después del exilio. Jesús contrapone las imágenes de grandeza del texto profético con la pequeñez del grano de mostaza, pero retoma la esencia del mensaje: Dios hace revivir los árboles secos, humilla a los soberbios y ensalza a los humildes. El Reino anunciado llega desde la sencillez y humildad, y desde ahí alcanzará dimensiones inimaginables y universales.
     El apóstol Pablo anima a perseverar caminando en la fe y la esperanza de alcanzar la meta final (el Reino), pues, como afirma el salmo, el justo crecerá como gran árbol. Vivimos con el deseo ardiente de cruzar el umbral de la muerte para vivir junto al Señor, a quien daremos cuenta de nuestra vida.

     Les dejamos el enlace con las lecturas y un video del Evangelio.


domingo, 10 de junio de 2018

El grupo "Nuevas Rutas" se confirma en San Lorenzo.

     Un grupo de jóvenes de "Nuevas Rutas" del Colegio San José Dominicas de la Sagrada Familia recibieron en la mañana de hoy el Sacramento de la Confirmación por el Sr. Obispo de nuestra Diócesis, Mons. D. Francisco Cases Andreu, en una celebración que tuvo lugar en nuestra parroquia.


 

Mas fotos de la celebración, pulse aquí.

sábado, 9 de junio de 2018

X Domingo del Tiempo Ordinario

La pregunta que Dios plantea a Adán (Gn 3,9) trasciende su significado inmediato ya que: ¿cómo podría el hombre escapar a la mirada divina? Por consiguiente, tiene un valor retórico y encuentra su paralelo en la pregunta a Caín: ¿Dónde está tu hermano? Va, por tanto, más allá de la ubicación espacial y versa en realidad sobre el posicionamiento del hombre con relación a Dios. El hombre y la mujer por su desobediencia han perdido su “dónde” primigenio, extraviándose en la inconsistencia de su haber querido ser como Dios. La segunda pregunta de Yahvé (Gn 3,11) pone de manifiesto lo corta que se ha quedado la pretensión humana, ya que presupone un conocimiento de su fechoría y de la motivación que hay detrás de ella. 
Seguidamente, el texto describe la cadena de elusión de responsabilidades, autojustificaciones y divisiones que intrínsecamente produce el pecado en quienes lo han cometido (Gn 3,12-13). El hecho de que Adán responsabilice indirectamente a Dios por haberle dado a la mujer, encuentra su correlato en el pecado contra el Espíritu Santo al que se refiere Jesús (Mc 3,28-29). Al hilo de esto, la pregunta retórica de Sal 129,3 sobre quién resistiría si Dios llevara siempre cuenta del pecado, tiene una clara respuesta: nadie. Pero, dado que Dios está cargado de razón y es siempre inocente, a él le toca el perdón, es asunto y competencia suya (Sal 129,4). Por eso, el hombre pecador depende totalmente del perdón de Dios, y debe acudir a él con humilde reverencia para obtenerlo. La respuesta divina será prometer la victoria sobre el mal a la descendencia de aquella que ha sido vencida por él, en un texto que siempre ha sido leído en clave mesiánica, el protoevangelio (Gn 3,15).

Les dejamos el enlace con las lecturas y un video del Evangelio.


lunes, 4 de junio de 2018

Encuentro Diocesano de Catequistas de Gran Canaria – 9 junio 2018 –



ENCUENTRO DIOCESANO DE CATEQUISTAS DE GRAN CANARIA
INSTITUTO DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR – PLAZA DEL PILAR – GUANARTEME
9 DE JUNIO DE 2018
Catequistas SÍ… Misioneros TAMBIÉN

                                         

PROGRAMA DEL ENCUENTRO:

09:30 ACOGIDA

10:00 ORACIÓN

10:30 PONENCIA DE NUESTRO OBISPO

11:15 CAFÉ

12:00 TALLERES:
Comunidad y misión
Celebración y misión
Oportunidades para la misión en la sociedad
La misión en un mundo de increencia
La familia como lugar de misión
Qué es misión y sus características
La misión en los hechos de los Apóstoles
Creyentes misioneros. Quien tiene una alegría tiene que compartirla
Metodología para la misión
¿Misioneros de niños o de adultos?
Redes sociales y misión
Oración y misión
La música y la misión
Diálogo y cultura
Las trabas para acercarnos a Jesús
¿Miedosos o atrevidos?

13:30 PUESTA EN COMÚN

14:00 ALMUERZO

15:00 PUESTA EN COMÚN DE EXPERIENCIAS NOVEDOSAS

16:00 EUCARISTÍA

Este domingo celebramos el Corpus Christi 2018.



 

sábado, 2 de junio de 2018

Domingo de la Solemnidad del Corpus Christi

    Hoy es fiesta grande. Es la fiesta del Corpus. Es la fiesta de la mesa, del pan partido para todos, es la fiesta del compartir, es la fiesta en que Cristo, una vez más, se da. Es por lo mismo el día de la Caridad. Porque la mesa en que el Señor se parte y comparte no se puede separar de la vida en caridad, y para que quede más claro, del trabajo por la justicia y la caridad. 
    Celebramos el Corpus Christi vivenciando diversos acuerdos realizados entre Dios y su pueblo a lo largo de la historia. Las lecturas nos hablan de ellas, pero también de sus debilidades, de la necesidad de una Nueva Alianza y de cómo esta aparece con una fortaleza definitiva. 
    Así la recordamos hoy, como en cada celebración eucarística: participar en la cena es hacernos partícipes de Jesús, de su misión y de su destino. 
    Por eso, también tenemos hoy especialmente presente a Cáritas, sus esfuerzos y preocupaciones, su historia solidaria en nuestra diócesis, y en nuestra parroquia: su ser «corazón de la Iglesia».      
    Celebramos fiesta: el Señor ya ha puesto la primera y la segunda y la tercera piedra de la obra de la fraternidad. Sumerjámonos en ella y dejémonos envolver por la alegría de sabernos partícipes de ella. 

    Les dejamos el enlace con las lecturas y un video del Evangelio.