Celebramos el XII del tiempo ordinario, y aunque tenemos fe y la practicamos. A veces hay pruebas grandes en nuestra vida cuando se hace difícil creer. En estos momentos recordemos las lecturas de hoy que nos dicen que Dios es omnipotente. Él es creador de todo y tiene dominio sobre todo. Por su gran amor para cada uno de nosotros, Cristo murió para hacernos nuevas criaturas. Debemos buscar nuestra alegría en el Señor en todo momento.
La primera lectura, tomada del libro de Job, es preparación para el Evangelio de hoy. Las respuestas de Dios están llenas de luz y de sabiduría. Vemos que la mano benefactora de Dios se encuentra en todo; por ejemplo, en la tempestad. El dominio de Dios sobre el mar es símbolo y recuerdo de la omnipotencia divina. Dios quiere que Job espere y confíe en Él. En la segunda lectura san Pablo dice que por la muerte y resurrección de Cristo, nosotros y el mundo somos una nueva creación. Entonces, nuestra manera de vivir debe ser según el Espíritu y no según la carne. También vivimos no para nosotros mismos sino para Dios y para los demás. El Evangelio es la narración de la tempestad en el mar. En el Antiguo Testamento Dios dominó las fuerzas contrarias del mar. Cristo en esta lectura lo calma él mismo. Él es más poderoso que las fuerzas que quieren destruir al ser humano. Él es Dios. Cristo pide fe de parte de los Apóstoles.
Les dejamos un enlace con las lecturas de este día y un video del Evangelio.