Celebramos este XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, y en la Palabra de Dios el profeta Isaías aparece como un pregonero que anuncia la llegada de Dios e invita a todos los que no tienen nada a acercarse y saciar la sed y el hambre que no calman otros bienes. Es justamente la Palabra de Dios la que satisface los anhelos del ser humano, que son de amor. A ese amor fiel de Dios que está dispuesto a hacer alianza se refiere el apóstol Pablo en este hermoso himno de la Carta a los Romanos que proclama su amor incondicional. La compasión y clemencia de Dios, que también alaba el salmista, son las que Jesús manifiesta ante todos los que le rodean y llegan hasta él necesitados.
Les dejamos un enlace con las lecturas y un video del Evangelio.
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