sábado, 2 de diciembre de 2017

I Domingo de Adviento

    En la primera semana del Adviento la liturgia pone el acento en la actitud de la vigilancia, del estar preparado, de estar atento. Cuando se está despistado u ocupándose de muchas cosas a la vez, es muy difícil central la atención en algo concreto y fácilmente se nos escapan detalles de gran importancia y utilidad. En nuestra vida de fe nos suele ocurrir lo mismo, estamos tan aturdidos por nuestros quehaceres cotidianos y por el ruido que nos llega de todas partes, incluso por nuestras propias prácticas de piedad y devoción personal, que muchas veces andamos despistados y distraídos y perdemos el norte de lo realmente importante.
    Todos hemos vividos alguna vez la experiencia de estar buscando algo y no encontrarlo, e incluso lo damos por perdido, y de repente nos damos cuenta de que lo teníamos delante, en aquel lugar donde buscamos tantas veces, incluso es posible que lo hayamos tenido en nuestras manos sin darnos cuenta. En la mayoría de los cosas esto sucede porque, mientras buscamos con nuestras manos y nuestros ojos tenemos la mente en otras cosas. Igual si hubiésemos buscado con mas calma y prestando atención, lo hubiésemos encontrado con menos tiempo y mayor facilidad.
En nuestra relación con Dios ocurre lo mismo. Muchas veces estamos tan agobiados, angustiados o desesperados por tantas circunstancias y aturdidos por tantas cosas, que tenemos a Dios ante nosotros y no lo vemos. Y en nuestra oración le preguntamos incluso que dónde está y que por qué no se hace presente cuando en realidad no ha dejado nunca de estar en nuestra vida y de caminar a nuestro lado.
    Durante esta primera semana del Adviento pidamos al Señor, por medio de María, la mujer siempre atenta y siempre a la escucha, que nos conceda la gracia del Espíritu Santo, que nos ayude a cultivar en nuestra vida la actitud de mantenernos vigiliantes, despiertos, con nuestra atención centrada en todos y cada uno de los momentos de nuestro día a día, para que no se nos pase por alto nada que sea fundamental, sobre todo para que no perdamos nunca de vista la presencia, el amor y la compañía de Jesús cada segundo de nuestra vida.

    Les dejamos un enlace con las lecturas y un video del Evangelio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario