El panorama de incredulidad que nos presentan las lecturas de hoy, debe servirnos para incrementar nuestra fe. En la primera lectura, el profeta Ezequiel recuerda el origen de su misión y justifica así su predicación: ha sido Dios quien le ha enviado a un pueblo obstinado en su rebeldía y quien le ha puesto sobre aviso. Es un pueblo que no escucha. Nosotros sí debemos poner atención a esta lectura. Pablo, en la segunda, confiesa a los Corintios las "debilidades" que experimenta en su vida, fortalecido siempre por la esperanza en la ayuda de Dios. Después de resucitar a la hija de Jairo en Cafarnaún, que relató el Evangelio el pasado domingo, Jesús va a su pueblo, Nazaret. Allí se encuentra con una acogida fría de un pueblo incrédulo.
Les dejamos el enlace con las lecturas y un video del Evangelio.
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