Celebramos el tercer Domingo de Adviento, llamado también “domingo de gaudete”, o de la alegría, por la primera palabra del introito de la Misa: Gaudete, es decir, regocíjense. Isaías y San Pablo son testigos hoy de ese gozo. El motivo de esta alegría es muy profundo: Dios está cerca, viene a nuestra vida a cumplir sus promesas de salvación.
Un llamado a la conversión nos traen las lecturas de hoy. Ungido por el Espíritu Santo, Isaías es enviado a proclamar el año de gracia. El bautista se presenta como la voz que grita en el desierto, invitando a la conversión porque el Mesías ya está en medio de su pueblo. Por su parte, Pablo exhorta a los habitantes de Tesalónica a estar siempre alegres y alejarse del mal.
Les dejamos un enlace con las lecturas y un video del Evangelio.
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