Celebramos el décimotercer domingo del Tiempo Ordinario. La liturgia de hoy nos mueve a hacer el bien a los servidores de Dios. Oramos en esta misa por nuestros sacerdotes y servidores que el Señor ha puesto al frente, para llevar su mensaje de salvación.
Las lecturas de hoy nos hablan de la recompensa que Dios da a quienes hacen bien a sus discípulos y profetas. Una familia sunamita recibe como recompensa, por hospedar al profeta, un hijo varón. Pablo dice que la mayor recompensa es la vida plena que ha dado Cristo Resucitado. Por su parte, Jesús nos habla de una recompensa en dos direcciones: una para sus mensajeros del Evangelio y otra para quienes les acogen por ser discípulos.
Les dejamos un enlace con las lecturas y un video del Evangelio
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