La conversión, sólo se logra, si uno reconoce que no ve o que la visión está equivocada. Hoy el Señor nos recuerda que su juicio no es como el nuestro y que además Él se fija en los corazones y no en las apariencias. Acerquémonos pues a la luz que es Cristo y vivamos como hijos de la luz.
Les dejamos un enlace de las lecturas y un video del Evangelio.
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