sábado, 28 de enero de 2017

IV Domingo del Tiempo Ordinario

     Celebramos el IV Domingo del Tiempo Ordinario y las lecturas nos sitúan en las claves para entender el Reino de Dios y las actitudes para acogerlo. El profeta Sofonías, al amenazar con la llegada del día de la desgracia a causa de la injusticia y la invasión de costumbres paganas, se dirige a los pobres para que busquen al Señor desde la justicia y humildad y encuentren refugio en él. Dios hará de este resto pobre y humilde la esperanza para la renovación de su pueblo al que vendrá como Rey y Salvador. Un resto donde no tiene cabida la maldad ni la injusticia ni la violencia.
     La misma invitación hace Jesús en el Evangelio, que contiene el inicio del llamado sermón de la montaña, en el que sintetiza el mensaje central de la buena nueva del Reino de Dios. Su predicación comienza con las bienaventuranzas. Son proclamaciones de dicha, tanto para los pobres y necesitados como para todos los que viven desde las actitudes del Reino (pobreza de espíritu, mansedumbre, misericordia, integridad, paz, justicia). Las bienaventuranzas constituyen todo un programa de vida que invierte los valores del mundo y promete la felicidad para la vida presente y futura.
    Esta dinámica del Reino se hace presente en los que acogen el mensaje de Jesús desde los momentos iniciales. Así, como escribe el apóstol Pablo a los corintios, la mayoría de los que forman la primitiva comunidad cristiana pertenecen a lo que el mundo considera pequeño y despreciable. Dios ha escogido a estos humildes para confundir y vencer a los poderes de este mundo y a la ambición humana.

Les dejamos el enlace con las lecturas y un video del Evangelio.


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