En cuanto a la Palabra de Dios, Isaías permite al Evangelista darle la dimensión adecuada a la fi gura y la misión de Jesús. El camino del mar enlaza Egipto con Mesopotamia, pasando por Palestina. Con ello, hace converger en Galilea las dos grandes acciones salvadoras de Dios en favor de su pueblo: liberación de Egipto; liberación del destierro en Babilonia. Pero el Dios salvador, es también el Dios creador: en la tiniebla símbolo del caos e imagen de la muerte, surge repentina la luz como en una nueva creación. Igual que las antorchas que hizo brillar Gedeón la noche de Madián para que el enemigo se autoaniquilara (Jue 7,16-23), esta luz domina las tinieblas invadiéndolo todo. En el texto de Mateo la luz se focaliza en la figura de Jesús que proclama la irrupción del reino de los cielos, en continuidad con la predicación del Bautista, lo cual convierte a Israel, representado en los primeros discípulos, en su destinatario originario. Pero, serán ellos, a través de la encomienda misionera que Jesús les hace, los encargados de ofrecer a todos los pueblos la oportunidad de ser ciudadanos de este reino.
Les dejamos el enlace de las lecturas y un video del Evangelio:
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