sábado, 25 de junio de 2016

XIII Domingo del Tiempo Ordinario

    Celebramos el Domingo XIII del Tiempo Ordinario y en el Evangelio de este domingo, Jesús encara con decisión su viaje final hacia Jerusalén. En este camino definitivo va a instruir a sus discípulos. Sus enseñanzas de entonces siguen siendo palabras significativas para los seguidores de hoy. 
    La primera enseñanza tiene que ver con su estilo no violento. La comitiva es rechazada en Samaria porque se dirigen a Jerusalén. Pero Jesús rehúye enviar un castigo legítimo contra los que lo rechazan. Sus discípulos deben aprender a prepararse para el fracaso y el sufrimiento. Su misión es ser predicadores, no castigadores. 
    A continuación, Jesús les enseña cómo debe ser su seguimiento. El texto espanta por su radicalidad, mayor que la de Eliseo en la primera lectura (1 Re 19). Jesús aparece como un pobre transeúnte y sin techo que invita a dejarlo todo por él, cuestionando incluso las relaciones familiares. ¿Qué significa «dejar que los muertos entierren a sus muertos»? ¿Cómo puede ser tan audaz el Maestro? Ahora bien, él no da aquí una norma concreta de conducta. Los cristianos de todas las épocas, de hecho, han enterrado a sus difuntos. Más bien se expresa que el seguimiento de Jesús debe ser el valor principal y primero del discípulo. Y así todos los afectos, amores y deseos deben ser purificados desde el prisma del reino. De esta forma, las relaciones familiares, sociales y profesionales no estarán ya determinadas por necesidades inconscientes o dependencias afectivas, sino que recibirán la nueva luz del Evangelio. Ya no seremos muertos que entierran a muertos, sino vivos que dan vida a derredor. El que pone a Jesús en el centro es más libre y ama mejor. 
    Quizás el mejor comentario a este Evangelio imponente sea la frase paulina de la segunda lectura de hoy: «Para la libertad nos ha liberado Cristo. Manteneos, pues, firmes, y no dejéis que vuelvan a someteros a yugos de esclavitud».

    Les dejamos el enlace con las lecturas de este domingo y un video del Evangelio.


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