La clave de lectura del episodio la encontramos en la aclamación coral de los que han visto levantarse al joven que había muerto: “un gran profeta ha surgido (ha sido levantado – literalmente) entre nosotros, Dios ha visitado su pueblo” (Lc 7,16). Jesús ocupa aquí el centro de esta historia de dolor, pero no porque sea el hombre compasivo y misericordioso y lleno de amor que sale al encuentro del sufrimiento y la angustia del hombre, sino porque supone la visita salvífica de Dios en medio del pueblo. Jesús se dirige al muerto y le ordena levantarse y al levantarse provoca la admiración y la alabanza de todos. El verbo “levantarse” es usado también en este episodio para indicar que Jesús es el profeta que Dios ha levantado, el mismo verbo que señalará al final del Evangelio que Jesús no está entre los muertos sino que ha “resucitado” (ha sido levantado) (Lc 24,6). Con el Salmo 29 ensalcemos a Dios que nos visita en Jesús para librarnos de la fosa, de la tristeza y conducirnos a la vida.
Les dejamos el enlace de las lecturas de hoy y un video del Evangelio.
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