Celebramos la Solemnidad de Pentecostés, la venida del Espíritu Santo, con la que se pone en marcha el tiempo de la Iglesia, fundamentalmente dedicado a la predicación del Evangelio.
«Pentecostés», en griego, significa «día quincuagésimo» o «cincuenta días después». El 50 es un número que ya los judíos tenían asimilado desde hace siglos como símbolo de plenitud: una semana de semanas, siete por siete más uno. Es cuando celebraban, después del Éxodo, la fiesta de la recolección agrícola y la alianza que sellaron con Yahvé en el monte Sinaí, guiados por Moisés, a los cincuenta días de su salida de Egipto.
Como culmen de la Pascua se produce el envío del Espíritu Santo en Pentecostés. Y de ello hablan las lecturas de hoy. Tanto el evangelio como el libro de los Hechos de los Apóstoles nos ofrecen su propia versión de este acontecimiento, coincidiendo en que el Espíritu es el don que el Señor hace a sus discípulos para que puedan continuar su misión. El salmo nos invita a entender este momento como una “nueva creación”, y Pablo, por su parte, nos recuerda que la acción del Espíritu se manifiesta de múltiples maneras, pero todas ellas son para el bien de la comunidad.
Les dejamos un enlace con las lecturas de este día y un video del Evangelio.
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