En nuestra presencia dominical en la iglesia para celebrar el día del Señor, debemos aplicar la paciencia de Dios enseñada hoy en el Evangelio, conscientes de que somos la Iglesia santa y la Iglesia pecadora, todo a la vez; la Iglesia sin mancha ni arruga y la Iglesia que dice «perdónanos nuestras deudas».
Tanto el libro de la Sabiduría como el salmo responsorial de hoy nos hablan de la benignidad y la indulgencia de un Dios “clemente y compasivo, lleno de amor y fiel”, cuya justicia se armoniza perfectamente con su compasión. Un mensaje que, de algún modo, también está implícito en la parábola que leemos hoy en el evangelio de Mateo. El trigo y la cizaña crecen juntos, el bien y el mal conviven en la historia humana, pero sólo a la hora del juicio Dios separará a ambos.
Les dejamos un enlace con las lecturas del día y un video del Evangelio.
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