sábado, 25 de enero de 2020

III Domingo del Tiempo Ordinario.

    Como comunidad de hermanos, comprometidos con el Proyecto de Dios, nos reunimos para celebrar nuestra fe. Estamos conscientes que somos llamados a ser una luz en medio de la oscuridad del mundo en que vivimos. Para no dejarnos contaminar con la forma de vivir de aquellos que son defensores del proyecto del mal, basado en la injusticia y en la opresión de los débiles, necesitamos la fuerza del Espíritu de Dios. Por eso escuchamos la Palabra que nos fortalece y nos alimentamos en la mesa de la fraternidad, donde tienen lugar todos aquellos que se esfuerzan cada día por ser testigos creíbles del Dios salvador y liberador.

    Les dejamos un enlace con las lecturas y un video den Evangelio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario