El próximo 12 de mayo, domingo del Buen Pastor (IV de Pascua), la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, junto con la Jornada de Vocaciones Nativas.
Es un día especialmente dedicado a la oración y la cooperación con los jóvenes que son llamados al sacerdocio o la vida consagrada en los territorios de misión. En donde existen muchas vocaciones, pero escasos recursos de formación para que puedan convertirse en una realidad.
Lema de la Jornada
“DI SÍ...”. El “sí” de la Virgen, dice el papa Francisco en su Mensaje, “fue el «sí» de quien quiere comprometerse y el que quiere arriesgar”. ¿A qué apostar así la vida, entregándola para siempre?.
“... AL SUEÑO DE DIOS” La vocación es el sueño que Dios tiene para cada uno. Un sueño que “se pone en pie” a través de un diálogo: la llamada personal e intransferible con la que nos “primerea” el amor del Señor espera una respuesta de asentimiento desde nuestra libertad. Así lo expresó el Papa en la JMJ de Panamá: “Con María sigan diciendo «sí» al sueño que Dios sembró en ustedes”.
Objetivos de la Jornada
- Promover la oración por las vocaciones –particularmente, por las de especial consagración–, situándola en el espíritu del Mes Misionero Extraordinario convocado por el Papa para este octubre.
- Fomentar entre los jóvenes las disposiciones personales y grupales adecuadas para que puedan escuchar la llamada de Dios y responder a ella, desde la confianza en Quien garantiza esa promesa.
- Impulsar la colaboración con la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, para que las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada en los territorios de misión puedan contar con recursos para su formación y sostenimiento.
- Apoyar económicamente a las vocaciones surgidas en las Iglesias de la geografía misionera, a través de “becas de estudio” para seminaristas y novicios/as, y de “estipendios de misa” para formadores y profesores.
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