sábado, 10 de marzo de 2018

IV Domingo de Cuaresma: Cuando nos alejamos de Dios.

    Celebramos el IV Domingo de Cuaresma. En muchas ocasiones de nuestra vida sentimos el dolor, el vacío o la frustración. ¿Dónde está Dios? Una mirada superficial pudiera hacernos creer que se ha alejado de nuestra vida, que no se interesa por nosotros… ¡Qué equivocados estamos! No comprendemos que con nuestras decisiones hemos ido prefiriendo las tinieblas a la luz, como nos dice el Evangelio. Ya el pueblo experimentó en carne propia lo que suponía alejarse de Dios, bajo la experiencia del destierro. Y sin embargo Dios sigue ofreciéndonos tanto amor que es capaz de
entregar a su propio hijo, no para condenarnos, sino para que nos salvemos. ¡Oh misterio admirable! Dios es rico en misericordia, nos trata con generosidad, nos ofrece su gracia, y todo esto sin que
hagamos nada, por puro amor. Las lecturas nos ponen hoy este contraste: cuando nos apartamos de Dios, nos sentimos muertos; cuando Dios se acerca, nos sentimos revivir. Consideremos nuestra vida en esta perspectiva del gran amor de Dios: Él viene para que yo tenga vida, para que yo sea feliz.

   Les dejamos el enlace de la Palabra de Dios y un video del Evangelio.




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