Jesús retoma esta imagen de la viña en la parábola dirigida a los líderes del pueblo recreando una nueva historia. El propietario (Dios), después de preparar su viña, la dejó arrendada a unos labradores (Israel, dirigentes, sacerdotes, senadores). En el tiempo de los frutos mandó a sus criados (profetas) a recoger su parte, pero fueron maltratados y asesinados. Finalmente, envió a su hijo (Jesús) pensando que lo respetarían, pero también fue asesinado para quedarse con su herencia. El pueblo de Israel, con sus líderes a la cabeza, no ha querido acoger este don plantado en medio de ellos (el reino de los cielos), y han rechazado a Jesús, la piedra angular (Sal 118,22). Por eso, se les quita la viña y se le da a otro pueblo que produzca frutos (los que siguen la voluntad de Dios, tanto judíos como paganos, y viven desde el amor, cf. Mt 25).
Pablo, siervo fiel en esta viña del Señor, se presenta como modelo de comportamiento e invita a encontrar la paz desde la oración y todo lo que es bueno, noble y virtuoso.
Les dejamos un enlace con las lecturas y un video del Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario