sábado, 14 de enero de 2017

II Domingo del Tiempo Ordinario

     Hoy, II Domingo del Tiempo Ordinario y Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, se nos invita a poner, con urgencia y responsabilidad comprometida, la mirada y la mayor atención sobre la realidad de los emigrantes, especialmente los menores de edad y los que están solos e indefensos… Y, por tanto, más expuestos al riesgo de la explotación sin escrúpulos, ocasionando daño a tantos niños y niñas que son iniciados en la prostitución o atrapados en la red de la pornografía, esclavizados por el trabajo de menores o reclutados como soldados, involucrados en el tráfico de drogas y en otras formas de delincuencia. Pongamos luz en medio de tanta oscuridad y encomendemos a todos los emigrantes y refugiados a la protección de la Sagrada Familia.
     En cuanto a la Palabra de Dios, el profeta Isaías nos habla con esperanza de la misión del Siervo de Yahvé: reunirá a su pueblo disperso, será luz y salvación hasta el confín de la tierra. Pablo, en su carta, nos transmite el deseo de paz que viene de Dios. Y en el Evangelio, Juan el Bautista nos presenta a Jesús, que, movido por el Espíritu, le lleva a cumplir la misión encomendada por el Padre.
Ahora, como entonces, necesitamos que la luz del Espíritu brille en medio de las tinieblas de nuestro mundo… Solo así podremos congregarnos como pueblo en la casa común: derribando fronteras y allanado diferencias,

    Les dejamos el enlace con las lecturas y un video del Evangelio.



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