Al comenzar este nuevo año vienen a nuestra mente y a nuestro corazón diversos sentimientos y pensamientos. Vienen a nuestro recuerdo personas, acontecimientos, historias, … por todo ello, en la Eucaristía de hoy le decimos a Dios: ¡Gracias! Le pedimos también ¡Perdón! Porque no siempre hemos hecho lo que teníamos que hacer y hemos dejado caer en balde tanta gracia… Y confiados en su bondad le pedimos su bendición para el nuevo año que comienza. Lo hacemos confiando en la intercesión de la Santa Madre de Dios y madre nuestra.
Dios también nos felicita bendiciéndonos y deseándonos la paz. Pablo resume el misterio de la encarnación, diciendo que Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y nos hace hijos suyos. María, la bendita de Dios, recibe la visita de los pastores. Su maternidad no termina en Belén sino en la cruz; por eso es madre de Dios y de todos.
Les dejamos un enlace con las lecturas y un video del Evangelio.
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