Les dejamos el enlace de las lecturas y el video del Evangelio.
domingo, 10 de julio de 2016
XV Domingo del Tiempo Ordinario
Celebramos el XV Domingo del Tiempo Ordinario y tanto el Deuteronomio como el
Evangelio de Lucas insisten en que
no hay justificación para no cumplir
el precepto divino principal, articulado
en el amor a Dios y al prójimo.
No se puede argüir la imposibilidad
de amar a Dios escudándose
en su inaccesibilidad, ni la de amar
al prójimo pretextando la dificultad
de identificarlo. El propio interlocutor
de Jesús une el amor a Dios y
al prójimo (Lc 10,27), dándole ocasión
de plantear un supuesto límite:
dos personajes vinculados al culto
(sacerdote y levita) se topan con
alguien que puede estar muerto,
si lo tocan quedarían impuros por
una semana (Nm 19,11), y si se contaminan
y participan luego en un
acto de culto deben ser expulsados
de Israel (Nm 19,11-13). Tienen que
optar entre la observancia de la reglas
de pureza ritual y la atención a
un moribundo.
El tercer personaje, el samaritano,
ya es impuro de por sí para
la mentalidad judía, por lo que la
presencia del herido no constituye
una amenaza para la relación con
Dios, sino su condición de posibilidad.
El samaritano no se limita a
observar a aquel hombre,
sino que se “compadece”,
es decir, se siente íntimamente
implicado en su situación,
tocado por su sufrimiento, lo cual
le pone en acción para socorrerlo.
Así, la pregunta del maestro de la
Ley encuentra respuesta: no es el
origen religioso, cultural o social el
que define al prójimo, sino la capacidad
de sentir compasión por
el otro, entrando en la esfera del
amor de Dios y consiguiendo amar
a aquel a quien no ve, a través de la
misericordia para con aquel a quien
ve (1Jn 4,20).
Les dejamos el enlace de las lecturas y el video del Evangelio.
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