martes, 31 de mayo de 2016

Un curso desde la Misericordia.

    El mes de junio es el mes en el que vamos amparando nuestro trabajo realizado en el Sagrado Corazón de Jesús. Después de un curso intenso con sus variables, sus fortunas y sus buenos momentos, nos sentamos a revisar a orar y a poner en manos de Dios lo que hemos querido ofrecerle como servicio en la misión encomendada de realizar su reinado.

    No es el momento aquí de hacer balance de todo, pero si de mirar con optimismo lo intenso que ha estado el año desde que empezamos nuestro andar cuando ya en el mes de noviembre pasado celebrábamos el centenario de la Milagrosa, para culminar nuestra trayectoria con las distintas obras de caridad y misional en las que hemos tomado parte, orientándonos desde la Misericordia, como plan para que el papa Francisco propuso como Jubilar. Toda una bendición las personas que se han acercado hasta nosotros para testimoniar su compromiso cristiano en su labor diaria y desde su profesión, en la cárcel, en el hospital, en la visita a los enfermos… Todo sembrado desde el caminar iniciado con toda la Diócesis donde los distintos grupos han programado su quehacer desde el plan de pastoral La Iglesia diocesana en conversión pastoral y en salida misionera. “Jesús y su evangelio nos cambian, nos reúnen y nos envían”. Para finalmente celebrar el sacramento de la Confirmación con la presencia de nuestro Obispo, pastor de nuestra diócesis.

    Y todo esto nos da impulso para celebrar las fiestas de los santos patrones de cada barrio donde estamos presentes como Comunidad Eclesial.

    ¡Qué Dios Padre siga bendiciendo su obra, que Dios Hijo nos ilumine en la tarea, que Dios Espíritu Santo nos acompañe!

Por Elías F. Zait León, párroco.

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